En mi casa, se dice algo muy gitano, “la verdad duele pero cura”…
Si la comunidad gitana ha sido y es víctima de exclusión social, la mujer lo ha sido aún más.
La mujer gitana, su cotidianidad, sus aportaciones, nunca ha sido objeto de interés por parte del historiador.
La mujer gitana es (fuera del lugar común) la honra de la familia, el pilar, el garante de transmisión de valores, de cultura y de memoria.